lunes, 3 de agosto de 2009

Más fantasmas en bicicleta

Dicen que cuando todo es demasiado bueno, no puede ser verdad, y la frase se me antoja muy oportuna para las noticias que discurren tras bambalinas a poco más de una semana de finalizado el 96 Tour de Francia.

Sacudido en años anteriores por los constantes reportes de ciclistas dopados, la edición de 2009 transcurrió libre de tramposos, o al menos eso se creyó durante los 21 días de competencia.
Pero según reportes de prensa publicados al día siguiente de finalizada la carrera, se encontraron restos de medicamentos en varios cubos de basura durante un registro realizado por agentes policiales al último hotel donde estuvieron alojados los pedalistas.

Sin identificar a ningún equipo en particular, la nota añadía que era muy probable que alguna de esas sustancias estuviera en la lista negra del código antidoping de la Unión Ciclista Internacional (UCI).

Luego, el pasado viernes la UCI dio a conocer la suspensión del español Mikel Astarzola, del conjunto Euskaltel-Euskadi, tras la confirmación de su positivo por Eritropeyetina (EPO) luego de un examen sorpresa que realizara la federación española al corredor, ocho días antes del inicio del giro galo el 4 de julio pasado.

Astarzola ganó la etapa 16 del Tour el día 21 de julio, disputada a una distancia de 159 kilómetros entre las localidades de Martigny y Bourg-Saint Maurice, resultado que pudiera ser invalidado por la máxima entidad ciclística mundial. Por el momento, el ibérico está a la espera de una audiencia disciplinaria ante su federación nacional.

Otro encumbrado bajado de su bicicleta por la UCI es el italiano Danilo Di Luca, segundo en la clasificación general individual del último Giro de Italia. El europeo dio positivo al EPO-CERA, y al igual que Astarzola, tendrá que esperar sentencia por parte de su federación nacional.

Y luego de meses de debates el ciclista italiano Ricardo Riccó, ganador de dos etapas en el Tour francés de 2008, fue suspendido por la UCI hasta mayo de 2010, justo antes del inicio del próximo Giro de Italia. Riccó fue uno de los farsantes capturados por uso de CERA en el Tour de 2008, la tercera generación del estimulante sanguíneo EPO.

Aún así, Riccó todavía promulga su «inocencia», pero las muestras A y B hablaron por sí solas ante los exámenes practicados por la Agencia Francesa Antidopaje, la Agencia Mundial Antidoping y la UCI.

Parece increíble que todavía queden ciclistas con ganas de hacerle el juego al doping, tras la aparición casi a diario de técnicas novedosas capaces de detectar cualquier sustancia prohibida. Esperemos que en las próximas semanas la caja de Pandora no destape casos aún más desagradables. Las muestras de sangre congeladas tendrán la última palabra.

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