lunes, 3 de agosto de 2009

¿Récords eternos?

Como «la cita de los récords» pasará a la historia el XIII Campeonato Mundial de Deportes Acuáticos que concluyó este domingo en la ciudad italiana de Roma, luego de que 43 topes planetarios cayeran en ocho jornadas, con 31 de las 40 plusmarcas en las distintas categorías «actualizadas».

Sin dudas, una justa que merece un «aplauso» al poliuretano, principal componente de los trajes de última generación usados por los nadadores en esta cita y para muchos el causante de la desvirtuación de la natación por dar ventajas similares a lo que sería disputar los 100 metros de atletismo cuesta abajo.

Ahora, los récords del mundo batidos hasta el domingo en Roma amenazan con estar fijados durante mucho tiempo, después de que en 2010 se regrese a la tela y a los bañadores tradicionales, sin «ayudas» tecnológicas.

Según la Federación Internacional de Natación (FINA), los hombres volverán a los bañadores pequeños y las mujeres podrán llevar trajes con tirantes, pero sin cubrir el cuello y los hombros, en un intento por regresar a los debates de las actuaciones en las piscinas.

Por supuesto, la decisión de la FINA no fue del agrado de las empresas fabricantes, cuyos «dineros» rodaron en los últimos meses para desarrollar nuevos bañadores.

En las piscinas, algunas de las figuras están satisfechas con la medida, pues consideran que el poliuretano permitió compensar con flotabilidad el trabajo individual y disminuyó las diferencias.

Si los récords se mantienen, como parece previsible, la natación se enfrentará también a la necesidad de redefinir el formato de las competiciones que no forman parte de los grandes eventos, ya que hasta ahora uno de sus principales atractivos era la posibilidad de establecer nuevas plusmarcas.

¿Qué interés tendrían ahora esas reuniones si los cronos quedan lejos de los récords? Una posible solución podría ser el establecimiento de duelos directos con eliminación.

Otro reto para los próximos años será el establecimiento de los criterios de selección, pues la FINA y las Federaciones nacionales fijan las marcas mínimas para las citas internacionales teniendo en cuenta los resultados de los años anteriores.

Con el Mundial de Shanghai 2011 y los Juegos Olímpicos de Londres 2012 como las próximas grandes citas, el año próximo marcará la transición y fijará las bases para la «nueva natación», que intentará dejar atrás las dudas y especulaciones de los últimos meses.

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