martes, 1 de diciembre de 2009

Cirujano califica de exitosa operación a Norge Luis Vera


El doctor Raimundo Hernández, jefe de los Servicios de Cirugía Maxilofacial del capitalino Hospital Hermanos Ameijeiras, calificó de exitosa la operación realizada al lanzador cubano Norge Luis Vera.

Hernández expresó al semanario Jit que la intervención quirúrgica realizada a Vera, campeón olímpico y mundial ha sido una de las más difíciles que ha enfrentado.

No obstante, fue todo un éxito, a lo cual contribuyó la salud del deportista santiaguero, de 38 años de edad, con participación en 15 series nacionales y balances de 164 victorias y 63 derrotas.

También aportó elementos interesantes, pues a Vera fue necesario ponerle una mini placa de titanio con cuatro minúsculos tornillos que no deben retirarse jamás, y que con el tiempo se integra a su formación ósea.  

Al respecto, indicó que eso le permite hacer la vida normal y jugar a la pelota a cualquier nivel sin más consecuencia que la que pudiera enfrentar un deportista común dentro de un terreno.

Prueba de esto es que Vera ya entrena y muchos desean verlo escalar el montículo en breve, pero fue la fecha la única pregunta que no quiso responder el también profesor auxiliar, recalca Jit.

«Vera nos ha sorprendido por su rápida evolución. Es un paciente muy disciplinado. Pronto lo verán lanzar y seguir dando alegrías a su Santiago y a toda Cuba», destacó.

En relación con el cuadro presentado por Vera y sus pormenores señaló que nunca había visto una fractura tan compleja. La fractura en el rostro más frecuente en Cuba es la nasal, pero la molar es la segunda, según las estadísticas, y esa fue la sufrida por Vera.  

Agregó que ese es un hueso arquitectónico que da la configuración de los ángulos de la cara e interviene en la formación de diferentes regiones como la órbita, el maxilar, es como un puente de unión con el temporal y otros huesos.

Eso y lo fracturado del arco idiomático, un hueso de aproximadamente cuatro centímetros, llevó al equipo médico a decidirse por una cirugía moderna con elementos de otras ya empleadas, por lo que hubo que tomar un poco de todas para evitar cicatrices y otras complicaciones.

«Cuando discutimos el caso nos decidimos abordarlo como hacen los restauradores de Eusebio Leal en La Habana Vieja, con el menor riesgo y poniendo cada minúscula pieza en su lugar y fijarla con una placa y tornillos de titanio, una tecnología sumamente costosa», expresó.

«También se hacía difícil por la cercanía del nervio facial, el que le da la utilidad a los músculos de la mímica, y el trigémino, que da la sensibilidad facial», indicó.

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