La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) aprobó este miércoles su «pasaporte del atleta» para brindar a las federaciones deportivas interesadas las instrucciones de utilización de esta herramienta que permite detectar casos de dopaje a partir de efectos sobre el organismo.
«Es un gran paso adelante. No significa el fin de todos nuestros problemas, pero se trata de un instrumento suplementario», subrayó el presidente de la AMA, John Fahey.
Al contrario que en los controles antidopaje clásicos, que se limitan a detectar una sustancia prohibida en la orina o en la sangre de un deportista, el pasaporte se basa en el seguimiento biológico de un atleta, detectando las variaciones anormales de sus parámetros.
Así, la AMA adoptó en la jornada «as líneas directivas operacionales para el pasaporte biológico del atleta», que fijan las reglas a seguir para recolectar, transportar y conservar las muestras, así como para su análisis, explicando cómo gestionar los resultados de este nuevo útil.
La idea no es imponer el pasaporte biológico de manera obligatoria, puesto que la AMA sabe que algunas federaciones no disponen de los medios económicos para establecer un instrumento costoso, pero sí se trata de intentar armonizar los procedimientos.
El pasaporte puede ser utilizado a varios niveles: «para identificar a los tramposos y perseguirlos, o cuando las pruebas no son suficientes para hacerlo, o para obtener indicios que permitan detectar a los atletas (que se dopan) haciendo controles antidopaje inteligentes», explicó el director jurídico de la AMA, Olivier Niggli.
En caso de detectar variaciones anormales, tres expertos designados por la organización respectiva tendrán que decidir por unanimidad si constituyen señales de dopaje. En caso afirmativo, el atleta será informado y deberá explicarse, luego los expertos decidirán si las «explicaciones son razonables».
Sin esperar a disponer de estos protocolos, la Unión Ciclista Internacional (UCI) y la Federación Internacional de patinaje (ISU) han sido pioneros al establecer sus propios pasaportes biológicos.
En el caso del ciclismo, este pasaporte permitió detectar en junio a cinco corredores, mientras que 15 días después fue el turno de la patinadora alemana Claudia Pechstein, poseedora de cinco medallas de oro olímpicas en velocidad, quien purga una pena de dos años de suspensión y ha sido oficialmente la primera deportista sancionada gracias al pasaporte.
«Nosotros no decimos que un sistema sea mejor que otro. Brindamos las instrucciones para utilizar el pasaporte. Son las organizaciones las que deben decidir qué van a hacer», agregó Niggli, en declaraciones a la AFP.
Esto podría llevar al atletismo (IAAF), al esquí (FIS) y al biatlón (IBU), que disponen de los perfiles de sus atletas, a decidir sanciones a partir de las variaciones en los mismos.
Otras organizaciones deportivas podrían adoptar el pasaporte, como la todopoderosa Federación Internacional de fútbol (FIFA), que recientemente ha manifestado su interés por éste.
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